UN NUEVO DESPERTAR DE EGIPTO Y EL MAGREB QUE AMENAZA CON EXTENDERSE
Desde inicios del 2011, el mundo se conmueve por el comienzo de un proceso de movilización y revoluciones en el norte de África, que replantea el escenario mundial y el futuro de la heroica lucha Palestina y del pueblo árabe en su conjunto. En medio de la extrema preocupación imperialista, ya nada tiene vuelta atrás. Vientos de revolución y de cambio están en marcha, y son episodios enmarcados en la nueva etapa mundial que vivimos desde el inicio de la crisis capitalista, en el corazón del imperialismo yanqui.
Desde inicios del 2011, el mundo se conmueve por el comienzo de un proceso de movilización y revoluciones en el norte de África, que replantea el escenario mundial y el futuro de la heroica lucha Palestina y del pueblo árabe en su conjunto. En medio de la extrema preocupación imperialista, ya nada tiene vuelta atrás. Vientos de revolución y de cambio están en marcha, y son episodios enmarcados en la nueva etapa mundial que vivimos desde el inicio de la crisis capitalista, en el corazón del imperialismo yanqui.
Sergio García Secretario de Relaciones Internacionales
MST en el Movimiento Proyecto Sur
MST en el Movimiento Proyecto Sur

Cuando ya se cuentan más de 300 muertos y jaqueado por cerca de dos millones en las calles que ignoraron el toque de queda y superaron el corte de Internet y otras comunicaciones, Mubarak sintió el golpe pero a la vez ensayó una maniobra: anunció que no irá por su reelección en setiembre, mientras el ejército que se vio obligado a permitir las movilizaciones ahora pide que el pueblo regrese a sus hogares. Pero ninguno logra detener el proceso. Además, a diferencia de lo que sucede con la policía y otras fuerzas de seguridad, las masas tienen otra relación con el ejército, proveniente del rol jugado por sus oficiales y sectores bajos en procesos nacionalistas y de liberación en décadas pasadas. Mientras el dictador hablaba, el canto en la plaza central era “se va, nosotros nos quedamos”. Todo un símbolo de la situación. Durante el miércoles, se desarrollaron enfrentamientos con grupos de apoyo al gobierno, pero esto enardece aún más a la población. Al cierre de la edición de este periódico, todo parece indicar que el ya moribundo régimen se encamina hacia su final junto a Mubarak, abriendo una nueva etapa en Egipto y en toda la región.
UN GOLPE PROFUNDO A LA ESTRATEGIA IMPERIALISTA PARA MEDIO ORIENTE

Esta situación también repercute sobre el imperialismo europeo que cínicamente hoy pide democracia, mientras apoyó hasta ayer a estas autocracias. Y sin olvidar que es el mismo imperialismo europeo que décadas atrás intentó a sangre y fuego recuperar el control del Canal de Suez, siendo derrotado. Ahora el proceso abierto se le puede volver como un boomerang sobre el viejo continente, no solo por el debilitamiento de sus negocios comerciales y políticos, sino porque estas revueltas se retroalimentan en la conciencia de millones de trabajadores europeos que también hoy están enfrentando la crisis capitalista. Desde luego, el gobierno de Israel también se atemoriza. Porque es quien más a aprovechado el rol de las autocracias desde los acuerdos de Camps Davis en 1978 firmados con Egipto, que aislaron al pueblo palestino. Egipto y Jordania juegan un rol clave en su ayuda a mantener el bloqueo a Gaza y a los palestinos. Toda esta estrategia construida desde entonces hoy pende de un hilo. Y en la medida que se extienda la movilización a otros países, será cada vez peor. No es casual, que el gobierno israelí envío un comunicado a través de sus embajadores en los países centrales, presionando para que se ayude al régimen de Mubarak.
El trasfondo de este problema para el imperialismo yanqui en particular, es su propia y ascendente debilidad, que dio un salto con el inicio de la crisis del 2007. Estamos asistiendo a un período de decadencia del poder imperialista yanqui como nunca antes se había visto. Y este proceso de revoluciones, si triunfa en Egipto y definitivamente se extiende, le dará un nuevo y profundo golpe del que ya recibió hasta hoy. Y eso repercutirá sobre el mundo entero, con más desorden e inestabilidad política y social.
EN UNA NUEVA ETAPA MUNDIAL, NUEVAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS

Como no podía ser de otra manera, estos nuevos procesos que hoy se desarrollan en el norte de África, son un subproducto directo de una nueva etapa mundial signada por un sistema dominante en crisis, con sus consecuencias sociales y políticas, y con el debilitamiento sostenido del imperialismo y sus regímenes afines como las autocracias del Magreb. Abriendo lugar a que la indignación e impotencia de un joven trabajador y universitario que se incendia a falta de futuro, genere el inicio de un proceso de movilización histórico. Estamos entrando a un profundo proceso de revoluciones democráticas de nuevo tipo, que en su inicio tienen mucho de revoluciones políticas contra el régimen dictatorial pero que por el marco mundial son revoluciones que combinan demandas democráticas con demandas sociales de poblaciones postergadas. Sobre este nuevo tipo de revoluciones democráticas tendremos mucho que aprender y estudiar. En principio, creemos que como todo proceso de revolución no se lo puede analizar estáticamente, es decir, creer que si caen las dictaduras se detiene el proceso. Precisamente será lo contrario por la combinación de tareas democráticas pendientes y por la crisis mundial. La caída de Ben Alí o ahora de Mubarak abrirá la pelea por demandas laborales, sociales, alimentarias, y esta combinación golpea en los hechos el corazón del dominio capitalista en la región, y a su vez dinamizarán las movilizaciones en otros países. Esta dinámica que por supuesto dependerá del desarrollo de alternativas políticas que planteen cambios de fondo, es la que aterra al imperialismo yanqui y europeo, que impulso y alentó la expoliación de África durante décadas.
El proceso iniciado en Túnez y hoy continuado en Egipto, con las movilizaciones incipientes pero en aumento en Yemen, Marruecos, Argelia y Jordania expresan el profundo malestar y hartazgo social frente a regímenes dictatoriales, pero a su vez frente a condiciones de vida que empeoran al compás de la crisis mundial. Todos podemos ver las movilizaciones en distintos países que reclaman alimentos, una baja en los precios o trabajo. Y también, vemos a miles de jóvenes, muchos de ellos universitarios encabezar las protestas. Son los cientos de miles que no tienen futuro, y que la propia crisis internacional le cerró una de las pocas puertas que tenían: la entrada a Europa en busca de una perspectiva. La crisis europea que sacudió al mundo durante el 2010, y que sin duda va a continuar, fue originando un giro más represivo en política migratoria. Y esto aviva la explosión interna de los países más pobres del norte de África incluso en su conciencia, ya que el impacto de ver países del primer mundo en crisis alimenta la necesidad de lograr cambios profundos en sus propios países.
LA IMPORTANCIA DE LAS TAREAS DEMOCRÁTICAS

Junto con esto, las tareas democráticas apuntan también a los regímenes políticos. Si cae Mubarak ¿Qué régimen y qué gobierno hace falta? No es nuestra intención dar recetas a la distancia. Pero surge evidente, que hace falta liquidar el parlamento dictatorial, y abrir un debate constituyente donde el pueblo egipcio debata y decida un nuevo proyecto de país, donde las organizaciones obreras, populares y de la juventud tengan un rol protagónico. No es casual, que en su desesperación, el gobierno de Obama y la Unión Europea quieran lograr una transición rápida y acordada, donde ellos sean arquitectos del régimen que vendrá. Que no será el ideal para sus intereses, pero que a su vez saben puede ser mucho peor si el proceso de movilización continúa.
Las demandas democráticas, en todas sus variantes, se combinan objetivamente con el avance a medidas políticas y económicas anti imperialistas y anticapitalistas, y será aún más en esta etapa del mundo. Donde para resolver las necesidades básicas de millones, inevitablemente tiene que avanzarse a procesos independentistas y a la vez contra las ganancias e intereses del capital internacional. ¿O como darle trabajo y un futuro a esos cientos de miles de jóvenes sino es tocando los intereses trasnacionales, de las grandes empresas y del sistema financiero? Surge con evidencia clara, que quienes planteamos un rumbo anticapitalista tenemos que impulsar con fuerza las demandas y movilizaciones democráticas, y a la vez alentar la construcción de alternativas amplias que impulsen este camino, que aunque parta de reclamos democráticos, dialécticamente y en medio de la crisis global, puede avanzar en algún punto y combinarse en sentido socialista.
VIENTOS DE CAMBIO COMO EXPRESIÓN DE UN FENÓMENO MUNDIAL

Quienes en Argentina estamos construyendo unitariamente el Movimiento Proyecto Sur, sentimos antes las movilizaciones del pueblo egipcio una enorme inyección de optimismo. Porque hoy son el punto más avanzado del hartazgo a los viejos partidos y regímenes. La decadencia, de los partidos que en el mundo han permitido el vaciamiento de sus países abre las puertas al surgimiento de nuevas alternativas. Y este proceso, se evidencia también en Argentina. Sobran razones, para creer que el cambio por el que luchamos es posible. Visto el mundo actual, hay mayores condiciones que antes para construir herramientas políticas que disputen el poder real frente a los viejos partidos. Y esas herramientas, solo pueden construirse y adquirir peso de masas, si son el reflejo de diversas corrientes y sectores políticos y sociales, que en unidad, logren una superación. Ese es el desafío del 2011 en nuestro país, fortalecer el Movimiento Proyecto Sur, la candidatura de Pino Solanas a Presidente y el darle fuerza orgánica nacionalmente en los sectores obreros, populares, medios y entre la juventud. En esa tarea estamos comprometidos. Mientras desarrollamos una campaña de solidaridad y apoyo a los pueblos que en el norte de África y en Medio Oriente, nos muestran que el cambio es posible, que se puede. Y que estamos en los inicios de importantes cambios en el mundo.
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