viernes, 10 de diciembre de 2010

La Federal y la Metropolitana Reprimen y Asesinan en Villa Soldati

MACRI Y CRISTINA, RESPONSABLES
Al cerrar este periódico, el jueves 9 a la madrugada, el gobierno nacional y el porteño seguían culpándose uno al otro. Pero eso no resuelve el drama de vivienda de la gente de Soldati ni, mucho menos, las dos vidas que se llevó la represión policial.
Las versiones corren: “utilizaron armas largas, como escopetas o tumberas”, “hubo ajuste de cuentas”, “uno estaba muerto antes del operativo”… Nos hacen acordar a aquella famosa tapa de Clarín cuando la Federal asesinó a Kosteki y Santillán: “La crisis causó dos muertos”.
¿Quién puede asegurar que no fue una u otra policía? ¿Qué certeza hay de que las balas mortales son calibre 22? Y si así fuera, ¿quién puede asegurar que la policía no dispara con 22? En todo caso, más allá de tal o cual hipótesis que habrá que dilucidar, las causas fundamentales de la sangre que corrió en Villa Soldati no son de carácter penal sino político.
Dos gobiernos distintos, una misma represión A la mañana del martes 7, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri habían compartido un acto por el nuevo yacimiento de gas. Ella es K; él es PRO. “La vecina de enfrente te saluda”, le había dicho la presidenta, dándole la mano y no un beso como al resto de los gobernadores, tratando de mostrarse distante del jefe de gobierno porteño.
Toda parodia. Pocas horas después, el operativo conjunto de la Federal que dirige ella y la Metropolitana que dirige él terminaba con dos muertos -Rosemary Churapuña y Bernardo Salgueiro-, algunos heridos y varios detenidos. A la hora de dar respuesta ante un conflicto esencialmente social, la única solución concreta que aportaron tanto una como otro fue la represión. La actitud de Sergio Schoklender, de Madres, fue vergonzosamente funcional a esa represión.
El argumento de la “orden de desalojo judicial” es burdo. Cuando se quiere negociar, se negocia. En cambio, cuando se decide reprimir, las consecuencias se conocen de antemano. Por eso no cabe duda que la responsabilidad política de estas dos nuevas muertes que enlutan al pueblo lleva dos apellidos: Kirchner y Macri.

MÁS POBRES, MENOS VIVIENDA
Además de la represión compartida, los gobiernos de la Nación y de la Ciudad también tienen su responsabilidad política por los problemas estructurales que empujaron a las 200 familias de la Villa 20 a tomar predios del Parque Indoamericano, en buena parte en estado de abandono.
Por un lado, la política económica de Cristina mantiene la desigualdad, no da respuestas reales al desempleo ni garantiza la inclusión social. Por eso siguen ampliándose las villas y asentamientos, no sólo por su propio crecimiento vegetativo sino por gente venida del conurbano y el interior, aparte de los países limítrofes. Y si hay chorros y narcos, el caldo de cultivo previo son la exclusión y la marginación social. No faltan punteros mafiosos, como Marcelo Chancalay, ayer ibarrista, hoy del PRO y de las Madres a la vez. Pero si no se combaten las causas, mal pueden desaparecer los efectos.
Además de Cristina, Macri aporta lo suyo. No urbaniza las villas de emergencia. El Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) subejecuta sus presupuestos, o sea no construye. Y así como el Banco Hipotecario, el Ciudad tampoco da créditos baratos que permitan acceder a la vivienda propia. En la ciudad más rica del país, cuyo déficit habitacional afecta a medio millón de personas porque faltan 100.000 viviendas… ¡en el último año y medio Macri terminó 244 y apenas construyó 81 nuevas!
Además está la Ley 1.770, votada por la Legislatura porteña en 2005 y modificada en 2006, que ordena hacer un censo de la Villa 20, sanear el suelo (contaminado por el cementerio de autos de la Federal), hacer las obras de urbanización y adjudicar las unidades a los vecinos. Al igual que Telerman en 2007, en estos tres años desde que asumió el gobierno macrista tampoco cumplió. Mientras tanto, en la villa se hacinan cerca de 45.000 personas.
En resumen: cuantos más pobres genera Cristina Kirchner, menos viviendas construye Mauricio Macri. Es decir, una combinación explosiva.

RESPUESTA POPULAR, NEGOCIACIONES DIFÍCILES
El miércoles a la mañana, la gente se reorganizó sobre el puente de Escalada, cortó las vías del Belgrano y el Premetro, y luego volvió a ocupar. Organizaciones sociales, de derechos humanos, la CTA y partidos de izquierda -entre ellos el MST- sumamos presencia solidaria. Fueron llegando diputados y dirigentes, sobre todo los del Movimiento Proyecto Sur, como Jorge Cardelli, Victoria Donda, Claudio Lozano, Marcelo Parrilli, Fabio Basteiro, Vilma Ripoll, Jorge Selser, Adrián Camps, María América González.
A la tarde tuvieron que venir el titular del IVC y otros funcionarios del PRO y hubo una negociación en la Unidad de Gestión e Intervención Social (UGIS) con delegados de los ocupantes y los diputados. En base a la medida de “no innovar” dictada por el juez Andrés Gallardo, el gobierno porteño se comprometió a proveer agua, alimentos y algunos baños químicos. Fue un primer logro de la toma, que se mantuvo.
A la noche, Gallardo se reunió con ministros del gabinete macrista, algunos legisladores opositores y diez delegados de los sin techo. No habrá desalojo, se hará un censo y Gendarmería cercará el predio para que no se sumen nuevos ocupantes. Se allanarán sedes de la Metropolitana y la Federal para recabar datos sobre el operativo. Y citó a Macri para que el viernes informe qué salidas ofrece. Entretanto, el gobierno nacional tuvo que separar a cinco jefes de la Federal. La pelea sigue, ahora un paso adelante.

No hay comentarios:

Movimiento Socialista de los Trabajadores por una Nueva Izquierda