viernes, 15 de octubre de 2010

DEBATE: XXV Encuentro Nacional de Mujeres

¿CÓMO LOGRAR LA LEY DEL ABORTO?
Vilma Ripoll, dirigente del MST
Otra vez, miles de mujeres "les hicimos" el Encuentro. La concurrencia a la capital entrerriana fue importante, diversa y representativa, pero también todas sabemos que pudo haber sido mayor. Las maniobras del gobierno local demoraron la asignación de escuelas. Asimismo, quizás faltó algo de audacia en la comisión organizadora para convocar a un Encuentro que, después de la ley de matrimonio igualitario, no era simplemente otro más sino uno clave y especial para la pelea por nuestros derechos.
Sin duda, y valorando todos los talleres, el principal debate que cruzó el Encuentro fue el del aborto. Es que el tema aborto ya está abiertamente instalado en la agenda política del país. Las últimas encuestas confirman que crece la aceptación popular y, por primera vez, los proyectos de ley sobre aborto están en los temarios de las comisiones del Congreso.
En ese marco, vemos importante detenernos en sacar conclusiones sobre las polémicas fundamentales que se desarrollaron en este XXV Encuentro.

LA IGLESIA, DEBILITADA
Los vergonzosos carteles contra el aborto con caritas de bebés, los ultracatólicos agrupados en la Catedral y las cobardes agresiones en una que otra escuela no indican fortaleza de la Curia, sino más bien desesperación fruto de su debilitamiento.
A lo largo del Encuentro, la Iglesia Católica no logró montar ningún evento con participación popular masiva o tan siquiera destacada. Y sus patotas de varones, que hasta usaron gas pimienta, fueron rechazadas en las dos escuelas donde se atrevieron a entrar. Las militantes católicas anti-aborto fueron neutralizadas en varios talleres y aquellos que se rompieron no fue esencialmente a causa de su acción.
Esta conclusión sobre el retroceso de la fuerza de la Iglesia, pese a las concesiones que se les hizo desde la comisión organizadora, no es menor. Como bien se lo cantaron ante la Catedral muchas compañeras al terminar la marcha, "qué feo, Iglesia, qué feo debe ser, haber perdido tanto con el matrimonio gay"… Y no olvidemos que otros que también "perdieron tanto" en esa lucha son los políticos que se oponen a nuestro derecho al aborto: las alas más retrógradas de la UCR, del PJ disidente, de los partidos provinciales y de los propios K, que no tuvieron otra que subirse a último momento.

EL SECTARISMO, DIVISIONISTA
Es evidente que entre las organizaciones políticas y de género que estamos por el derecho al aborto no hay unidad de criterio. Las Mujeres del MST venimos sosteniendo que para triunfar no van las posiciones oportunistas ni tampoco las sectarias.
En cuanto a las compañeras del PCR y la CCC, creemos que en su afán de "preservar" el Encuentro siempre igual año tras año, le ceden a la Iglesia, no ven los cambios que hay en la realidad y se empeñan en que el evento no tenga carácter resolutivo. Nos parece que esta actitud, en medio de la mayor oportunidad de avanzar realmente por la ley de aborto, es equivocada y un obstáculo a superar. El debate es serio y hay que encararlo.
Un párrafo aparte merece la postura de las corrientes de la izquierda sectaria, que tienen presencia en el Encuentro: las compañeras de Pan y Rosas, del PTS, y el Plenario de Trabajadoras, del PO. Primero, citaron a una "asamblea" de sus partidos. O sea, de sí mismas. Por cierto eso no fue ninguna asamblea, ni fue masiva, sino un acto y con oradoras pactadas por cada partido. Lo peor fue después, a la hora de las conclusiones, cuando en los talleres quisieron imponer -incluso con violencia física- lo resuelto en su acto de partidos. Tales actitudes son lo opuesto a la democracia. En vez de unir, dividen. Oportunismo y sectarismo, y peor aún si se enfrentan en peleas de aparato, como pasó, terminan ambos debilitando la lucha y por ende siendo funcionales al enemigo.

UNIDAD EN LA DIVERSIDAD
Las Mujeres del MST fuimos con otra línea. Y la planteamos en todos los talleres donde participaron las compañeras de nuestra fuerte delegación, sobre todo en los de Aborto y los de Estrategia. Si antes del Encuentro estábamos convencidas, a la luz de lo ocurrido en Paraná lo reafirmamos: el único camino para ganar es articular la fuerza del movimiento de mujeres, que es plural y diverso, en una acción unificada y consecuente hasta conseguir que el Congreso apruebe la ley. No es fácil, obviamente, pero tampoco imposible.
Respetando las divergencias, y sin la pretensión de querer sustituir ni excluir a nadie, lo que hace falta es construir una coordinación representativa de todas las distintas organizaciones que queremos la ley de aborto. Y allí debatir y resolver todas las movilizaciones e iniciativas para luego llevar adelante en común. Es decir, construir la unidad en la diversidad. Muchas mujeres independientes se hicieron eco de esta propuesta que planteamos.
En ese sentido, creemos que las compañeras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, como autoras del proyecto presentado, tienen una responsabilidad especial. ¿Cuál es el desafío? Por encima de las diferencias y matices, convocar en forma amplia a participar de esa coordinación unitaria y genuina de la batalla. Si entre todas lo logramos, el éxito está asegurado.

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Movimiento Socialista de los Trabajadores por una Nueva Izquierda