viernes, 30 de julio de 2010

Crisis política en la Capital

MACRI SE TIENE QUE IR
Pablo Vasco
Procesado por asociación ilícita por las escuchas ilegales, Mauricio Macri y su gobierno atraviesan una crisis inédita. Por ser el responsable del espionaje y de armar la Metropolitana con represores de la dictadura, en mayo nuestro diputado Marcelo Parrilli presentó el proyecto de juicio político para destituirlo. En la sesión del 20 de julio, el PRO bloqueó todas las propuestas opositoras: la de Parrilli, la de pedir que Macri se tome licencia, la interpelación, la de formar una comisión investigadora y hasta la de pedir una copia de la causa penal…
Al otro día, en una voltereta sorpresiva fruto de su crisis, Macri aceptó ir a juicio político. El proyecto del PRO, totalmente distinto al de Parrilli, se limita al tema de las escuchas. Aprovechando una leve ventaja como primera minoría, Macri quiere que la Legislatura lo “enjuicie” pero que no llegue a acusarlo. Ahora, como le es difícil juntar suficientes votos para iniciar el juicio político, crecen las chances de la comisión investigadora que impulsa la oposición. Sin descartar alguna nueva maniobra macrista, en principio ambas opciones se volverán a tratar el 12 de agosto.

DEBATES ANTE LA CRISIS
El primer debate que surge frente a la grave crisis política porteña es si Mauricio Macri debe irse o no de su cargo de jefe de gobierno. Para nosotros categóricamente sí y por dos hechos fundamentales.
Como dijo Parrilli, “el primero es el haber conformado la cúpula de la Metropolitana con elementos provenientes de la dictadura, centralmente de la Federal y su Superin- tendencia de Seguridad. La integración de ese cuerpo, en el que cuatro de cada cinco jefes provienen de esa etapa y otros se vieron involucrados en la represión de diciembre de 2001, es un grave supuesto de mal desempeño del cargo.”
De ese problema central, que desde que Macri nombró al “Fino” Palacios como capo policial desató un escándalo tras otro, se desprende la consecuencia que generó el procesamiento iniciado por el juez Norberto Oyarbide y luego ratificado por la Cámara Federal. Más allá de que Néstor Kirchner actúe de fogonero por interés político, lo cierto es que Macri montó un aparato ilegal destinado a hacer “inteligencia”. No es un hecho menor: utilizó al propio Estado para hacer espionaje a funcionarios, diputados opositores y hasta su ex cuñado. ¿Qué derechos y garantías puede haber con semejante jefe de gobierno y su policía?
Estos hechos van más allá de tal o cual postura ideológica. Que 42 de los 52 jefes de la Metropolitana provengan de la dictadura niega la idoneidad democrática más elemental para dirigir el cuidado de la seguridad pública. Además, es la primera vez en la historia de la Ciudad que un jefe de gobierno está bajo procesamiento por delitos tan graves. Macri inexorablemente marcha hacia un juicio oral y público junto al represor Palacios y el espía Ciro James, ambos designados por él. Por ambas razones, debe irse cuanto antes.

TODO PARA QUE SE VAYA
La posibilidad de desplazar del poder a un gobernante ilegítimo, como lo es en este caso el ingeniero Macri, no depende sólo de factores superestructurales sino esencialmente del grado de movilización popular.
Por eso el MST-Nueva Izquierda, desde hace varios meses, viene desarrollando una campaña de agitación política para que los trabajadores, los estudiantes y en general los vecinos de la Ciudad se informen, intervengan en la crisis y se movilicen para lograr que se vaya Macri. Miles de volantes, dos series de afiches, pintadas, charlas en todos nuestros locales, mesas de difusión y marchas contra la Metropolitana y contra Macri son las acciones concretas de esa campaña.
En ese marco de impulsar la participación y la movilización, el proyecto legislativo de nuestro diputado es un instrumento más al servicio del mismo objetivo: echar a Macri. Y por eso el de Parrilli difiere por completo del ridículo proyecto que presentó el PRO, acorralado por la situación y a los apurones, que no busca acusar a su jefe sino salvarlo. Se equivocan por completo quienes pretenden igualar uno y otro.
Nosotros apostamos a que un proceso de juicio político, en medio de la propia dinámica de la crisis, combinada con la intervención popular, abra camino a la destitución. No sería la primera vez que ocurre. Y lejos estaría cantado de antemano el resultado, menos aún con el rejunte decreciente que es el bloque macrista.

EL ROL DE LA OPOSICIÓN
Los bloques de la oposición cuyos diputados acompañaron el proyecto de Parrilli de juicio político cuando el PRO lo rechazaba, ahora ante la jugada de Macri han variado su posición. El kirchnerismo especula políticamente, apostando a un desgaste lento de Macri pero sosteniéndolo en su cargo. Por su parte, tanto Elisa Carrió como Aníbal Ibarra también han salido a decir que debe seguir gobernando. Aunque lo critiquen, todos ellos defienden la continuidad de Macri en su sillón.
En cuanto a los compañeros de Proyecto Sur, si bien existe una divergencia táctica, compartimos el mismo objetivo de que Macri tiene que irse. Aspiramos a unir fuerzas en la movilización para avanzar en ese sentido. De todos modos, estamos convencidos que una comisión investigadora coherente tarde o temprano debe desembocar en un juicio político.
El problema, junto con definir si hay juicio político o una comisión investigadora, es si en la Legislatura la oposición va a seguirle aprobando a Macri herramientas para gobernar alegremente como si nada pasara o si en cambio no debe votarle ninguna ley más hasta obligarlo a que se vaya. Así lo dijo claramente nuestro diputado al cerrar su intervención en la sesión especial del 20 de julio: "Ahora nos están diciendo que quieren 600 millones de endeudamiento para AUSA y que quieren manotear el dinero de la venta de los inmuebles de Catalinas para aplicarlo a fines que no estaban previstos en la ley. No tenemos que votar esas leyes; no tenemos que votar absolutamente ningún proyecto que plantee el Poder Ejecutivo ni el oficialismo hasta que Mauricio Macri se tome licencia y avancemos en el juicio político.”

MOVILIZAR EN UNIDAD CONTRA MACRI
Por encima de las maniobras desesperadas de Macri y el PRO, y por encima de los zigzagueos de gran parte de la oposición que tantas veces les fue funcional, desde el MST-Nueva Izquierda queremos hacer un llamamiento a todo el pueblo trabajador y a la juventud porteña.
La crisis política que hoy sufre la Ciudad de Buenos Aires tiene un responsable principal: Mauricio Macri. El mismo que por cuestiones de dinero está peleado hasta con su padre. El mismo que mandó a su vicejefa de diputada nacional por mezquina conveniencia política. El mismo que por gestión pública entiende los negocios privados.
A los organismos de derechos humanos; a los docentes, trabajadores de la salud, judiciales y demás compañeros municipales; a la CTA; a la FUBA y los centros de estudiantes universitarios y secundarios; a las organizaciones de desocupados, de inquilinos, a los movimientos sociales; a los partidos de izquierda y a todos los sectores democráticos de la Ciudad los convocamos a coordinar acciones unitarias para poner en marcha la cuenta regresiva de Mauricio Macri y de su gobierno de ajuste, espionaje y represión.

Para resolver qué hacer con Macri y el gobierno

ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Junto con impulsar la movilización popular, el juicio político a Macri y la disolución de la Metropolitana, desde el MST creemos que es preciso también buscar una instancia de participación popular para que así los trabajadores, los jóvenes y todos los vecinos porteños podamos debatir y resolver democráticamente una salida a la crisis política, qué hacer con el ingeniero Macri y con todo su gobierno.
Porque con Macri y la gestión del PRO, lejos de encontrar soluciones, todos los problemas sociales de la Ciudad se vienen agravando. Actúan en «pro» de los grandes capitalistas privados, empezando por el negocio inmobiliario, y en perjuicio de lo público. Si hablamos de salud, no sólo ha desmejorado sino que incluso aumentó la mortalidad infantil, sobre todo en los barrios del sur. Las escuelas estatales siguen deterioradas. El tránsito continúa siendo un caos y la ampliación de los subtes quedó en promesas, pero hacen bicisendas inútiles que son otro negociado. El Instituto de Viviendas no construye ni una pieza, mientras siguen los desalojos, aumenta la gente que vive en las calles y hasta mueren niños de frío.
El complemento macrista a este ajuste a todo lo estatal, que incluye los bajos salarios de los docentes, personal de salud y todos los municipales, es su política represiva. Desaloja pueste-ros, persigue a los vendedores ambulantes y artistas callejeros, y pretende criminalizar a los motoqueros, trapitos y cuidacoches. No va más.
Una salida democrática, por ejemplo, ante un Macri procesado que maniobra para ator-nillarse al poder y ningunea hasta las comunas, sería la convocatoria a elecciones a diputados constituyentes. Eso permitiría reflejar la voluntad política real y actual del electorado porteño en una Convención o Asamblea libre y soberana. Este nuevo organismo tendría total legitimidad política para discutir qué reformas constitucionales hacen falta y, ante todo, resolver qué se debe hacer con el ingeniero Macri, su gabinete, la Metropolitana y toda la gestión de gobierno.

P. V.

COSA DE SECTAS…

Cuanto más crece el rol del compañero Parrilli y del MST en la crisis porteña, más se exaltan algunos grupos de la izquierda sectaria-oportunista.
El PTS, en sus últimos periódicos, vuelve contra nuestro diputado y la posición de juicio político: «Macri deberá contentarse con la insólita coincidencia en la ‘salida institucional’ propuesta por el diputado del MST (‘yo lo propuse primero’, dijo) que así volverá a meter de cabeza a la ‘nueva izquierda’ en el bando de la derecha empresarial, como en la crisis del campo». «Soldado de los partidos patronales», le dicen. Aparte de la pavada del campo, Parrilli no necesita decir que él propuso primero el juicio político porque todo el mundo lo sabe. En mayo, el PTS nos criticaba por plantear juicio político, porque según ellos «no se va a votar». Ahora, porque Macri «coincide». Ayer oportunista y hoy sectario, al PTS -que habla mucho de movilizar pero no convocó ni fue a una sola acción contra Macri y sólo se dedica a criticar al único diputado de izquierda- no hay propuesta que le venga bien.
Según el PO, en su periódico 1138, «las comisiones investigadoras o de juicio político y las investigaciones judiciales quieren enterrar la cuestión del encubrimiento de los atentados a la Amia y la embajada de Israel». Como para ellos el eje excluyente en esta crisis es el papel de la CIA, la DEA y el Mossad, dicen que «para esclarecer la trama del espionaje y del encubrimiento hay que citar a declarar a Macri y a Kirchner». ¿A declarar en dónde? ¿En las mismas comisiones o jueces que encubren? Al PO, que antes propuso juicio político, tampoco hay variante que le venga bien.
Como podemos ver, el gataflorismo es cosa de sectas.

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Movimiento Socialista de los Trabajadores por una Nueva Izquierda