SI GANA MEDICINA, GANAMOS TODOS
El conflicto superó los 15 días de toma, asambleas y marchas, defienden el derecho a hacer las prácticas (PFO) sin tener aprobada todas las materias de la carrera como ahora exigiría la resolución 561/10 del decano Martínez (agrupación Hoja de Roble, ligada al PJ).
La activa participación de miles de estudiantes decidiendo en asambleas o llenando las calles de guardapolvos blancos se explica por este filtro del decano contra el conjunto. Violando las condiciones en las que se inscribieron y cursan los casi 4.500 estudiantes de Medicina en la UNLP. Esta nueva traba obligaría a estirar 1 o 2 años la carrera para recién hacer unas prácticas que requieren 2 días por semana. Por eso los alumnos iniciaban la PFO mientras cursaban materias de 4º y de 5º año sin limitarse a ser “profesionales de libro”.
La contundente respuesta estudiantil ha dejado al decano aislado, tratando a los alumnos de “delincuentes” y pateando la pelota al Rector (UCR) al que reclama por su llamado a “flexibilizar” lo que dicta la LES (Ley de Educación Superior) al preguntar si “¿la ley se cumple o se flexibiliza?”.
La lucha estudiantil y el apoyo recibido de otras facultades, gremios (CICOP y CTA), organizaciones políticas o sociales como ASOMA o el MST Teresa Vive, dejó herida de muerte a la 561/10. Todo parecía encaminarse a su anulación, pero el decano tuvo la ayuda inestimable del rectorado y el ministerio de educación que acuerdan en “la cuestión de fondo”: que la carrera debe adecuarse a las exigencias de la Resolución ministerial 1314/07 del gobierno K, cumpliendo con la LES del menemismo para la “acreditación” de la carrera por la CONEAU.
Con la fuerza desplegada se debate cómo seguir. Es posible ganar la lucha si balanceamos algunas cuestiones, ajustando su orientación. Porque desde la conducción del conflicto (CEPA y Franja Morada) vienen centrando su crítica en el decano. Igual que la UJS (PO) que -desde afuera- volanteó diciendo “Ahora es cuando. Que se vaya Martínez y la Hoja de Roble”, cambiando el eje de miles de jóvenes que exigen anular la 561/10.
Desde la JS del MST dijimos que, compartiendo las denuncias de la Carta Abierta, había allí dos ausentes: la LES y los gobiernos que la aplicaron, en particular los K. Tenerlo claro era fundamental para precisar el enemigo y lo complejo del conflicto. Diciendo que si la LES avanzó fue gracias a la complicidad de Franja Morada (UCR) en la FUA.
No está planteado ganar golpeando sólo al decano y su Hoja de Roble, más allá de sus roces con el rector radical. Porque el decano es el instrumento para meter el ajuste en la Facu y la versión más brutal de cómo aplicar la política privatista de la LES y la CONEAU. Pero todos acuerdan en la “cuestión de fondo” y sólo difieren en la forma, es decir, los plazos para hacerlo. Al servicio de una universidad elitista, con posgrados pagos, alejada de la salud pública y próxima a las clínicas privadas.
La toma es una medida clave, pero táctica en el marco de una lucha más de fondo. Por eso, frente al planteo de “flexibilizar”, no compartimos que desde el Centro se diga que esa propuesta del rectorado es “un avance”. Porque persiguen el
mismo fin, aprovechando el “shock” de la 561 para que aceptemos la “gradualidad” que el rectorado y el gobierno K proponen.
Exijamos un compromiso escrito que deje sin efecto la 561, sin tomar su contenido como una de las “propuestas”. Abriendo el debate por un nuevo plan de estudio, sin limitarlo al Consejo Académico, donde los alumnos son minoría. Los estudiantes deben decidir democráticamente el nuevo plan de estudio. La profundización de la lucha es el camino para lograrlo.
La activa participación de miles de estudiantes decidiendo en asambleas o llenando las calles de guardapolvos blancos se explica por este filtro del decano contra el conjunto. Violando las condiciones en las que se inscribieron y cursan los casi 4.500 estudiantes de Medicina en la UNLP. Esta nueva traba obligaría a estirar 1 o 2 años la carrera para recién hacer unas prácticas que requieren 2 días por semana. Por eso los alumnos iniciaban la PFO mientras cursaban materias de 4º y de 5º año sin limitarse a ser “profesionales de libro”.
La contundente respuesta estudiantil ha dejado al decano aislado, tratando a los alumnos de “delincuentes” y pateando la pelota al Rector (UCR) al que reclama por su llamado a “flexibilizar” lo que dicta la LES (Ley de Educación Superior) al preguntar si “¿la ley se cumple o se flexibiliza?”.
La lucha estudiantil y el apoyo recibido de otras facultades, gremios (CICOP y CTA), organizaciones políticas o sociales como ASOMA o el MST Teresa Vive, dejó herida de muerte a la 561/10. Todo parecía encaminarse a su anulación, pero el decano tuvo la ayuda inestimable del rectorado y el ministerio de educación que acuerdan en “la cuestión de fondo”: que la carrera debe adecuarse a las exigencias de la Resolución ministerial 1314/07 del gobierno K, cumpliendo con la LES del menemismo para la “acreditación” de la carrera por la CONEAU.
Con la fuerza desplegada se debate cómo seguir. Es posible ganar la lucha si balanceamos algunas cuestiones, ajustando su orientación. Porque desde la conducción del conflicto (CEPA y Franja Morada) vienen centrando su crítica en el decano. Igual que la UJS (PO) que -desde afuera- volanteó diciendo “Ahora es cuando. Que se vaya Martínez y la Hoja de Roble”, cambiando el eje de miles de jóvenes que exigen anular la 561/10.
Desde la JS del MST dijimos que, compartiendo las denuncias de la Carta Abierta, había allí dos ausentes: la LES y los gobiernos que la aplicaron, en particular los K. Tenerlo claro era fundamental para precisar el enemigo y lo complejo del conflicto. Diciendo que si la LES avanzó fue gracias a la complicidad de Franja Morada (UCR) en la FUA.
No está planteado ganar golpeando sólo al decano y su Hoja de Roble, más allá de sus roces con el rector radical. Porque el decano es el instrumento para meter el ajuste en la Facu y la versión más brutal de cómo aplicar la política privatista de la LES y la CONEAU. Pero todos acuerdan en la “cuestión de fondo” y sólo difieren en la forma, es decir, los plazos para hacerlo. Al servicio de una universidad elitista, con posgrados pagos, alejada de la salud pública y próxima a las clínicas privadas.
La toma es una medida clave, pero táctica en el marco de una lucha más de fondo. Por eso, frente al planteo de “flexibilizar”, no compartimos que desde el Centro se diga que esa propuesta del rectorado es “un avance”. Porque persiguen el
mismo fin, aprovechando el “shock” de la 561 para que aceptemos la “gradualidad” que el rectorado y el gobierno K proponen.
Exijamos un compromiso escrito que deje sin efecto la 561, sin tomar su contenido como una de las “propuestas”. Abriendo el debate por un nuevo plan de estudio, sin limitarlo al Consejo Académico, donde los alumnos son minoría. Los estudiantes deben decidir democráticamente el nuevo plan de estudio. La profundización de la lucha es el camino para lograrlo.
JS, MST La Plata
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