viernes, 19 de marzo de 2010

1976 - 24 de Marzo - 2010

NO A LA IMPUNIDAD. NO AL PAGO DE LA DEUDA
A 34 años del golpe genocida, y en el año del Bicentenario, este 24 de Marzo vamos a llenar la Plaza de Mayo y las plazas de todo el país.


Pablo Vasco
Comenzaba el ’76. En la Rosada estaba Isabel Martínez de Perón, con el Partido Justicialista y su siniestro ministro López Rega. En medio de la crisis económica y política, la clase media se desesperaba y Balbín, el líder de la UCR, el principal partido opositor, decía “no tengo soluciones”…
Pero lo que cruzaba toda la situación eran las luchas, estudiantiles, populares y sobre todo de los trabajadores, desbordando a la burocracia de la CGT y comenzando a romper con el PJ, que era su partido histórico. Y esa radicalización social y política configuraba una seria amenaza para el “orden” burgués.
Para frenar ese poderoso ascenso no bastaron los crímenes de la Triple A, banda fascista amparada por el gobierno de Isabel y precursora de los métodos que luego multiplicaría la dictadura. El imperialismo y la dirigencia capitalista local tomaron la decisión. Y entonces las fuerzas armadas dieron el golpe, no contra una guerrilla que ya estaba casi diezmada, sino para aplastar y descabezar al movimiento de masas.

LA NOCHE NEGRA
A partir del golpe, en el país se vino la noche. La represión se coordinó con otras dictaduras vecinas en el llamado “Plan Cóndor”. Siempre bajo bendición de la cúpula de la Iglesia pero a diferencia de los golpes anteriores, ahora el terrorismo de Estado fue cualitativamente más sangriento.
Isabel Perón fue presa. El Congreso fue clausurado. La Justicia, intervenida. Las universidades, también. Los partidos políticos, suspendidos o disueltos. La CGT, disuelta, y los sindicatos, intervenidos. Los centros de estudiantes, prohibidos. Se instauró la censura y se arrasó con todas las libertades democráticas. El Mundial del 78 fue utilizado para la propaganda oficial. Las torturas, vuelos de la muerte, robos de bebés, secuestros y desapariciones fueron moneda corriente.
Se aniquiló así toda organización popular y de la clase obrera. El 60% de los 30.000 desaparecidos eran trabajadores. El objetivo no fue otro que implantar un plan económico de sometimiento y explotación, que incluyó liquidar las conquistas laborales, privilegiar al capital financiero y endeudar al país. Los grandes empresarios apoyaron. El PJ, la UCR, los partidos provinciales, el PS y el PC, con distintos argumentos, también.

RESISTENCIA Y CAÍDA
La dictadura causó un genocidio, ya que liquidó casi por completo a un grupo social: la vanguardia luchadora. Pero de a poco, aquí y allá fue rebrotando la resistencia. Un motor fundamental fueron las madres y familiares de los desaparecidos. Y fueron surgiendo reclamos y niveles parciales de organización en lugares de trabajo o estudio.
Nuestro partido, en esos años el PST, fue parte militante de esa resistencia. Tuvimos un centenar de compañeros asesinados, muchos presos y exiliados, pero la dictadura no pudo liquidarnos y aun en clandestinidad seguimos activando. Y nuestros abogados fueron de los pocos que presentaban recursos de hábeas corpus o defendían a los presos políticos.
Año a año, el descontento y las luchas parciales fueron ganando extensión y fuerza. En 1980 la economía empezó a derrumbarse. Se hacían reuniones gremiales, en barrios, facultades, ámbitos culturales. Y una misma consigna fue creciendo, señalando el objetivo común: “Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”…
Llegamos así al 30 de marzo del ’82, con una fuerte huelga general, manifestaciones y represión. Para desviar la ola que se le venía, la dictadura no tuvo mejor idea que ocupar las Malvinas. Desataron una guerra que no querían contra el imperialismo británico y yanqui, y por eso terminaron capitulando. La movilización popular, que se amplió a partir del conflicto, volvió con bronca redoblada contra ellos. “No sirven para la paz, no sirven para la guerra, los milicos asesinos no sirven para una mierda”, sintetizó una consigna. Y se tuvieron que ir.

SE LOGRÓ MUCHO, HAY QUE IR POR MÁS
Si los militares intentaron su Ley de Autoamnistía, Alfonsín y Menem hicieron mucho por construirles la mayor impunidad posible. Que se juzguen a sí mismos. Juzgar sólo a las Juntas. El Punto Final y la Obediencia Debida. Los indultos a los genocidas. Todo bajo la pérfida “teoría de los dos demonios”, que buscó igualar las equivocadas acciones guerrilleras al terrorismo de Estado.
Pero la larga pelea por justicia echó abajo los obstáculos. No fue mérito de los K, que se apropiaron de esas banderas recién cuando fueron gobierno (y las han desgastado), sino del movimiento por los derechos humanos, de la izquierda y con el apoyo de la gran mayoría del pueblo. Por eso hoy hay 100 genocidas condenados y otros 634 procesados, 490 de ellos detenidos. En la sentencia contra Etchecolatz, además, por primera vez en el mundo se reconoció la existencia de un genocidio en el propio país.
Falta juzgar y condenar a muchos represores, sí. También a empresarios, políticos, sindicalistas y obispos cómplices. Y desmantelar el aparato represivo y los servicios que siguieron actuando estos años, como la repudiable infiltración del Batallón 601, que hemos sufrido en carne propia en Neuquén (ver pág. 15). Pero señalar todo lo aún pendiente no nos debe impedir valorar lo conquistado1).
No obstante, más que cifras de condenas, la mayor conquista de la lucha democrática es política: se derrotó al partido militar. Históricamente, el régimen capitalista argentino se basó en el bipartidismo PJ-UCR. Pero cuando uno u otro entraban en crisis, la tercera pata para “restablecer el orden” eran las fuerzas armadas. De los últimos 100 años, 22 gobernaron los militares.
Eso se acabó, al menos por largo tiempo. Duhalde plantea una amnistía y Cristina elogia a las fuerzas armadas buscando recomponerlas. Pero más allá de todas las trampas de la democracia burguesa, lo cierto es que ante una crisis grave acá ya no hay margen político para imponer una nueva dictadura militar. El Argentinazo de 2001 lo confirmó. Ahora la pelea directa es con los partidos gobernantes.

EL 24, MARCHÁ CON NOSOTROS
La impunidad no es un tema del ayer. Primero, porque esos delitos son de lesa humanidad: o sea no prescriben, no vencen. Y mientras no se castiguen es impunidad del presente. Pero segundo, porque los derechos humanos de la juventud, de los trabajadores y de todos nosotros también están afectados hoy. El caso de los buchones del 601 lo confirma. Por eso te invitamos a marchar con nosotros el 24 de Marzo. Para no bajar la guardia.
Fijate el caso de Julio López, desaparecido de nuevo en democracia. O el de Luciano Arruga, el pibe golpeado y desaparecido por la Bonaerense. O el del maestro Fuentealba y nuestro compañero Lázaro Duarte, asesinados en Neuquén. O los casos de gatillo fácil y los abusos de la cana. Fijate los Fino Palacios y las picanas que Macri quiso poner en su Metropolitana. Las leyes de mano dura que Scioli promueve en la Provincia de Buenos Aires. La trata de personas, siempre con complicidad policial.
Defender los derechos democráticos es también marchar contra la represión a los trabajadores, como los de Kraft o Bosch, y a los ambientalistas de Andalgalá. Es marchar contra las patotas de la burocracia sindical. Contra la persecución judicial a los luchadores, como al compañero Segovia y los delegados del subte. Contra la reforma política K, que quiere proscribir a la izquierda.
Y también te invitamos a movilizarte por los derechos básicos que el gobierno K y la “oposición” patronal tratan de recortarnos. Por el derecho a tener trabajo digno, salarios y jubilaciones que no se devore la inflación. Por el derecho a la vivienda, la salud y la educación. Para decirle bien fuerte no al pago de esa maldita deuda externa y que toda esa plata se destine a cumplir con las necesidades del pueblo.
Estas banderas de lucha, más el emocionado recuerdo de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos, las vamos a levantar en Plaza de Mayo y en todo el país el miércoles 24 de Marzo. Te invitamos a venir a la marcha con el MST.

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Movimiento Socialista de los Trabajadores por una Nueva Izquierda