domingo, 31 de enero de 2010

INTERNACIONALES: Catástrofe en Haití

SOLIDARIDAD INCONDICIONAL RESPETANDO LA SOBERANÍA DEL PAÍS
A continuación reproducimos un comunicado de la Secretaría de Relaciones Internacionales del PSol de Brasil. Iniciamos así una campaña a favor del castigado pueblo haitiano.
En Haití la tierra se sacudió brutalmente contra un pueblo pobre y digno. Llamamos a todos los gobiernos y organizaciones a reaccionar con la misma fuerza que ha hecho el terrible terremoto. Es eso lo que merece la población haitiana. Llegó la hora de hacer una autentica solidaridad con un pueblo que ha hecho historia en nuestro continente y que se hoy es lo más pobre, ha sido consecuencia que fue llevado a la extrema situación por la expoliación que ha sufrido por las potencias imperialistas dominantes. ¡Es la hora de la solidaridad pensando y exigiendo también en una reparación histórica de Haití!

IMPERIALISMO Y CATÁSTROFES PERMANENTES
En efecto, Haití vivió procesos extremos a lo largo de su historia. Fue el país más rico de América Latina colonial, entre los primeros exportadores de azúcar del mundo en el siglo XVIII. Pero la riqueza de la tierra se convirtió en pobreza de los hombres. Los esclavos africanos trabajaban como animales para edulcorar los cafés y tés europeos. En 1792, Haití fue escena de la primera revolución social esclava del planeta. Fue Haití el principal responsable de forzar a Francia a abolir la esclavitud en su imperio. Los haitianos revolucionarios de 1792 colocaron hasta los jacobinos franceses contra la pared, y fueron por eso llamados “jacobinos negros”. Se Constituyó una valiente “República Negra”. En 1802, Napoleón decretó la vuelta del sistema esclavista en sus colonias del sur. Haití se sublevó nuevamente, y en 1804 su pueblo conquistó la independencia política nacional. Fue el primer país latino americano que se emancipó (formal y parcialmente) del yugo europeo. Las elites latinoamericanas atravesaron el siglo XIX bajo el fantasma de la revolución esclava en Haití. Ya Haití atravesó el siglo XIX siendo asediado por los norteamericanos, que se posesionaron y golpearon los gobiernos cual si el país fuese un juguete. Después de la invasión de los marines en 1888, el más largo período de intervención yanqui duró de 1915 a 1934. De 1957 a 1986, el país fue subordinado a la dictadura de los Duvalier (Papa Doc y su hijo, Baby Doc). Con las tropas paramilitares aterradoras llamadas los “tonton macoutes”, los Duvalier profundizaron el cuadro de miseria y violencia, y sometieron el país a una dictadura marcada por asesinatos y desapariciones de más de 30 mil personas. Más allá del crecimiento astronómico de la deuda pública del Estado haitiano, anulando cualquier posibilidad de soberanía.
Después de sucesivas juntas militares provisorias de gobierno, Jean-Bertrand Arístide se volvió presidente en 1990. Sin embargo fue golpeado por militares en el año siguiente. Después de más una sucesión de golpes y contragolpes, Aristide volvió al poder en 2001. En medio de una ola de protestas que en parte fueron fomentadas por el mismo imperialismo yankee, este lo sacó del poder y lo llevó para el exilio en África en 2004. Con el pretexto de pacificar el país desde entonces entraron las tropas de la Minustash que Brasil comanda.

EL SALDO NEGATIVO DE 5 AÑOS DE "ACCIÓN HUMANITARIA" EN HAITÍ: solo las multinacionales agradecen
Con 9 millones de habitantes, 95% negros. 47% de la población mayor de 15 años es analfabeta. Con el PIB per capita más bajo de América Latina, Haití solo supera algunos países de África y Nepal. De 7 mil millones del PIB, 40% corresponde al envío de remesas por haitianos que viven en el exterior, sobretodo Miami y Nueva York.
La distribución de renta es también de las más desequilibradas del mundo: los 10 más pobres logra 0,7% de la renta nacional, mientras los 10 más ricos logra 47,7% de la renta. Con eso, 80% de la población sobrevive bajo de la línea de pobreza, o sea, con menos de 1 dólar diario. 75% de las casas no poseen saneamiento básico, más del 60% de la población no tiene acceso a él agua bebible y no hay servicio de colecta de basura. El desempleo alcanza 80% de la población, y el salario medio no llega a 50 dólares mensuales. La tasa de mortalidad infantil es a más alta de América Latina y solamente 24% de los partos reciben servicio médico. La expectativa de vida es de 49 años.
Después de 5 años de supuesta ayuda humanitaria de las fuerzas extranjeras liderada por el Brasil bajo la Misión de las Naciones Unidas para Estabilización Política de Haití (Minustah), la situación del país permanece inhumanamente inalterada. Las tropas azules de la ONU reprimieron duramente protestas populares, violentaron las rebeliones civiles, y no produjeron acciones sociales y políticas capaces de redistribuir la renta y crear condiciones de educación y salud en el país. La estabilidad política prometida, a lo que parece, tuvo una única y exclusiva función: garantizar la presencia de las multinacionales en el país y crear nuevos flujos de capital.

EL TERREMOTO DEL DÍA 12: convertir la intervención militar en inversión social y humanitaria
En ese momento, con la tragedia sin precedentes del terremoto del día 12, urge transformar todo contingente militar de la ONU en efectiva ayuda humanitaria al país. No son necesarias armas: violentar el pueblo que saquea supermercados no es la mejor manera de ayudar. Es urgente enviar alimentos, agua potable, ropas, medicinas, y otros productos de necesidad básica incluso por paracaídas si es necesario. La dificultad de llegar al local es uno de los principales obstáculos. La situación de caos y desamparo es extrema. El pueblo de Porto Príncipe duerme en las calles, con miedo de nuevos temblores. La estimativa del presidente René Préval es de 30 mil a 50 mil muertos. Muchas personas aún están bajo escombros y hay una cantidad indefinida de heridos.
Es preciso que toda la inversión bélica brasilera en Haití sea inmediatamente convertida en inversión social y humanitaria. Esa es hoy la principal exigencia que todos debemos hacer al gobierno brasilero. Se dice que la ayuda internacional prometida hasta hoy solo significa el 3% do PBI do Haití. Exigimos que sea multiplicada varias veces. Que todos los países y organizaciones financieras internacionales decidan anular la deuda del país con ellas.
Las organizaciones populares brasileñas, movimientos sociales, sindicatos, ONG’s también tienen el deber articular campañas de emergencia en solidaridad al pueblo haitiano. El PSOL se compromete a ser solidario como todas las medidas que se tomen en ese sentido.

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Movimiento Socialista de los Trabajadores por una Nueva Izquierda