sábado, 19 de diciembre de 2009

UBA: el 15 de diciembre, se realizó la Asamblea Universitaria con represión...

PARA SOSTENER A HALLÚ Y LOS UBA NEGOCIOS
La asamblea se hizo con las autoridades universitarias que no están aun en funciones y además impidieron el ingreso de varios asambleístas. A esto sumemos que, por estatuto, la elección debe realizarse en una sede universitaria, pero se volvió a recurrir a la complicidad del gobierno para utilizar el Congreso, en idénticas condiciones a la elección del 2006: en medio de gases y balas de goma.
La fecha se adelantó aún con el voto negativo de las facultades de Ciencias Exactas y Sociales. Esto forzó el adelantamiento de las elecciones de decano en todas las facultades, y en ningún lugar hubo debate sobre proyectos y candidatos. Incluso dos facultades no eligieron decano: Arquitectura y Sociales.
Hallú buscó garantizar su propia reelección. Sacó una resolución proponiendo que el Congreso sea la sede para que pueda tener a la policía federal.
Ya en 2006, el gobierno a través de Filmus fue el operador del acuerdo que en principio cerró filas con Alterini, que aglomeró a los radicales. Y se desató un proceso alrededor del problema de Derechos Humanos y los estudiantes proponiendo la democratización.
De ahí se desató una crisis de poder. La UBA estuvo ocho meses sin rector. Y tras eso surge el acuerdo con Hallú, un candidato débil, de consenso, que reemplazó a Alterini. Fue un acuerdo de co-gobierno entre sectores dispares. La Secretaría Administrativa es la que controla todo, y estaba a cargo de Giusti, funcionario macrista y soldado de Shuberoff, ex-Rector Radical de la UBA. Y Carlos Mas Vélez, del mismo riñón, con la Secretaría General.
Ese sector es el dueño de la universidad y estos personajes controlan los centros estra-tégicos de poder real en la universidad. A los secretarios los destina el Consejo Superior, que es en este caso una corporación.
Mantener ese poder es lo que apuntala a Hallú y su adelantamiento electoral. El control de convenios, contratos, fundaciones, editoriales, etc. es lo que se reparten. La universidad es la consultora fundamental del Estado: autoriza productos, los certifica etc., tercerizando el trabajo de las consultoras privadas. Y debemos incluir los postrados pagos.
Esto marca la necesidad de apoyarse en el movimiento estudiantil y enfrentar a estas mafias, que los estudiantes lo hagan de la forma que puedan, ellos son el único sector en condiciones de salvar la universidad.
Bruno Cernuschi
Ex – Decano Fac. Ingeniería Consejero Directivo Docente

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Movimiento Socialista de los Trabajadores por una Nueva Izquierda