PARA SOSTENER A HALLÚ Y LOS UBA NEGOCIOS
La asamblea se hizo con las autoridades universitarias que no están aun en funciones y además impidieron el ingreso de varios asambleístas. A esto sumemos que, por estatuto, la elección debe realizarse en una sede universitaria, pero se volvió a recurrir a la complicidad del gobierno para utilizar el Congreso, en idénticas condiciones a la elección del 2006: en medio de gases y balas de goma.
La fecha se adelantó aún con el voto negativo de las facultades de Ciencias Exactas y Sociales. Esto forzó el adelantamiento de las elecciones de decano en todas las facultades, y en ningún lugar hubo debate sobre proyectos y candidatos. Incluso dos facultades no eligieron decano: Arquitectura y Sociales.
Hallú buscó garantizar su propia reelección. Sacó una resolución proponiendo que el Congreso sea la sede para que pueda tener a la policía federal.
Ya en 2006, el gobierno a través de Filmus fue el operador del acuerdo que en principio cerró filas con Alterini, que aglomeró a los radicales. Y se desató un proceso alrededor del problema de Derechos Humanos y los estudiantes proponiendo la democratización.
De ahí se desató una crisis de poder. La UBA estuvo ocho meses sin rector. Y tras eso surge el acuerdo con Hallú, un candidato débil, de consenso, que reemplazó a Alterini. Fue un acuerdo de co-gobierno entre sectores dispares. La Secretaría Administrativa es la que controla todo, y estaba a cargo de Giusti, funcionario macrista y soldado de Shuberoff, ex-Rector Radical de la UBA. Y Carlos Mas Vélez, del mismo riñón, con la Secretaría General.
Ese sector es el dueño de la universidad y estos personajes controlan los centros estra-tégicos de poder real en la universidad. A los secretarios los destina el Consejo Superior, que es en este caso una corporación.
Mantener ese poder es lo que apuntala a Hallú y su adelantamiento electoral. El control de convenios, contratos, fundaciones, editoriales, etc. es lo que se reparten. La universidad es la consultora fundamental del Estado: autoriza productos, los certifica etc., tercerizando el trabajo de las consultoras privadas. Y debemos incluir los postrados pagos.
Esto marca la necesidad de apoyarse en el movimiento estudiantil y enfrentar a estas mafias, que los estudiantes lo hagan de la forma que puedan, ellos son el único sector en condiciones de salvar la universidad.
La fecha se adelantó aún con el voto negativo de las facultades de Ciencias Exactas y Sociales. Esto forzó el adelantamiento de las elecciones de decano en todas las facultades, y en ningún lugar hubo debate sobre proyectos y candidatos. Incluso dos facultades no eligieron decano: Arquitectura y Sociales.
Hallú buscó garantizar su propia reelección. Sacó una resolución proponiendo que el Congreso sea la sede para que pueda tener a la policía federal.
Ya en 2006, el gobierno a través de Filmus fue el operador del acuerdo que en principio cerró filas con Alterini, que aglomeró a los radicales. Y se desató un proceso alrededor del problema de Derechos Humanos y los estudiantes proponiendo la democratización.
De ahí se desató una crisis de poder. La UBA estuvo ocho meses sin rector. Y tras eso surge el acuerdo con Hallú, un candidato débil, de consenso, que reemplazó a Alterini. Fue un acuerdo de co-gobierno entre sectores dispares. La Secretaría Administrativa es la que controla todo, y estaba a cargo de Giusti, funcionario macrista y soldado de Shuberoff, ex-Rector Radical de la UBA. Y Carlos Mas Vélez, del mismo riñón, con la Secretaría General.
Ese sector es el dueño de la universidad y estos personajes controlan los centros estra-tégicos de poder real en la universidad. A los secretarios los destina el Consejo Superior, que es en este caso una corporación.
Mantener ese poder es lo que apuntala a Hallú y su adelantamiento electoral. El control de convenios, contratos, fundaciones, editoriales, etc. es lo que se reparten. La universidad es la consultora fundamental del Estado: autoriza productos, los certifica etc., tercerizando el trabajo de las consultoras privadas. Y debemos incluir los postrados pagos.
Esto marca la necesidad de apoyarse en el movimiento estudiantil y enfrentar a estas mafias, que los estudiantes lo hagan de la forma que puedan, ellos son el único sector en condiciones de salvar la universidad.
Bruno Cernuschi
Ex – Decano Fac. Ingeniería Consejero Directivo Docente
Ex – Decano Fac. Ingeniería Consejero Directivo Docente
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