No hay Alternativa sin Cambios de Fondo
La Constituyente Social en su última reunión en Neuquén definió avanzar a una alternativa electoral en el 2011. Es evidente que frente al kirchnerismo y a la oposición del PJ disidente, la UCR y la Coalición Cívica, se hace necesario construir otra alternativa. El dilema es si atarse a tibias propuestas de centroizquierda o avanzar a una nueva alternativa de izquierda con propuestas de fondo.
Escribe: Sergio García
No cabe ninguna duda que hay una imperiosa necesidad de encarar el debate sobre la crisis que vive el país y sobre qué debemos hacer los trabajadores, los jóvenes y los sectores empobrecidos. Hoy podemos ver una gran indignación en millones y diversos procesos de lucha que van en aumento a lo largo del país. Es en este marco, que fraternalmente queremos debatir con la propuesta política que levantan los organizadores de la constituyente social. Porque de verdad creemos que es limitada y no conduce a los cambios que el país necesita, ni al tipo de alternativa política que es necesario construir.
PROPUESTAS POLÍTICAS QUE NO ALCANZAN
Los sectores que organizan la Constituyente Social vienen planteando la necesidad de un nuevo modelo para el país. Lamentablemente, en sus propuestas políticas no avanzan a definir un proyecto con propuestas de fondo que cuestione el régimen y el sistema actual que hunde al país. Nos referimos a las propuestas políticas de la conducción del evento, no a las opiniones en ocasiones correctas que muchos compañeros hacen en las comisiones, pero que no trascienden a la hora de las resoluciones. La dirección de la constituyente habla en general de “distribuir la riqueza” pero sin proponer medidas claras para enfrentar la crisis y terminar con la desigualdad social. No se pone el centro en medidas que sean efectivas, y que partan de tocar los intereses económicos de los grandes grupos capitalistas. Por ejemplo prohibir los despidos y suspensiones y estatizar toda empresa que no cumpla. Terminar con las privatizadas poniendo el transporte y los servicios de luz, agua o gas en manos de los trabajadores y usuarios. Recuperar el control del sistema financiero y el comercio exterior. Y cortar los pagos de la deuda externa y toda atadura a organismos internacionales de crédito. Al mismo tiempo, frente a un sistema político en crisis, no hemos visto de parte de este sector de la CTA, que levante el reclamo de una Asamblea Constituyente libre y soberana, para avanzar a cambios profundos y a que el pueblo decida.
Estas, y otras propuestas programáticas en el mismo sentido, no están presentes ni en la estrategia de la constituyente ni en el accionar cotidiano de los dirigentes de la CTA que la componen. Por eso no es casual, que muchos sean parte o acompañen algunos de los tibios proyectos de centroizquierda que existen y que en lo cotidiano tampoco levantan propuestas alternativas. Por el contrario, muchas veces quedan atados a los planteos del kirchneris-mo, o solo le proponen leves reformas. No es casual tampoco, que algunos dirigentes de la CTA pongan como modelo a seguir a Lula o al Frente Amplio uruguayo, que no ha cambiado la situación de su país desde que es gobierno. Alentar esos modelos, es la demostración de que no se encaminan a cambios verdaderos. Y es lo que define hasta hoy, su marco de alianzas de cara al 2011.
En esta última reunión de la constituyente, además fue notorio que solamente participó un sector de la CTA, y que tampoco estuvieron ni Pino Solanas ni otros dirigentes políticos. Y sobre todo, que una mayoría de trabajadores que integran la central tampoco participaron. Esto no es casual, es el reflejo del marcado desinterés que un importante sector de trabajadores y luchadores tiene hacia este tipo de eventos, donde no se avanza en una verdadera construcción política. Porque más allá de los discursos de construir desde abajo un nuevo tipo de organización, sigue primando el consenso por arriba y las declaraciones generales.
CONSTRUIR UNA ALTERNATIVA UNITARIA JUNTO A LA IZQUIERDA
Desde el MST hemos participado en diferentes ocasiones en eventos de la constituyente. Siempre hemos planteado la necesidad de avanzar, unitariamen-te, en una nueva alternativa política, pese al poco espacio que siempre se le dieron a estos debates y a quienes los planteamos. Además, nunca hemos visto de parte de los organizadores la decisión de construir algo nuevo junto a la izquierda. Tampoco los vemos haciéndolo ahora, cuando el gobierno, las patronales y toda la sociedad ven que la izquierda, más allá de sus diferencias, juega un rol destacado en las principales luchas obreras y populares que existen. Hecho que no puede ignorarse a la hora de este debate. Ya que poner todo este peso social como parte de una construcción política unitaria sería muy importante.
En este sentido, y aunque diferimos del planteo político que se hace en la constituyente, y también del sectarismo de algunas organizaciones de izquierda que ni se plantean la necesaria unidad; seguimos creyendo que las necesidades de millones de trabajadores y sectores populares hacen imperioso que nos esforcemos por levantar una alternativa unitaria.
Por eso, si los organizadores de la constituyente cambiarán su planteo actual, estamos abiertos a seguir debatiendo todo lo que haga falta la posibilidad de avanzar por un camino unitario. Este planteo lo hacemos extensivo también a los compañeros de Proyecto Sur y a otros componentes del nacionalismo popular. Y por supuesto, a toda la izquierda política y social. Debatamos fraternalmente un programa común que levante medidas de fondo y anticapitalistas. Y que esto permita abrir la posibilidad de lograr un proyecto político unitario, respetuoso de la realidad, la tradición y el peso específico de todos. Y donde además los nuevos dirigentes de las luchas sean también protagonistas.
Mientras hacemos estos debates, desde el MST vamos a seguir construyendo nuestro partido y el proyecto de nueva izquierda en el cual creemos y al cual invitamos a sumarse. Vamos a seguir bregando por la mayor unidad de la izquierda y los luchadores. Vamos a seguir apoyando con todas nuestras fuerzas los procesos de lucha que, como en el Subte, están poniendo al borde de un ataque de nervios a la vieja burocracia sindical. Y que son reflejo de los nuevos tiempos donde la izquierda tiene mucho que aportar, al servicio de un nuevo proyecto socialista para el país.
PROPUESTAS POLÍTICAS QUE NO ALCANZAN
Los sectores que organizan la Constituyente Social vienen planteando la necesidad de un nuevo modelo para el país. Lamentablemente, en sus propuestas políticas no avanzan a definir un proyecto con propuestas de fondo que cuestione el régimen y el sistema actual que hunde al país. Nos referimos a las propuestas políticas de la conducción del evento, no a las opiniones en ocasiones correctas que muchos compañeros hacen en las comisiones, pero que no trascienden a la hora de las resoluciones. La dirección de la constituyente habla en general de “distribuir la riqueza” pero sin proponer medidas claras para enfrentar la crisis y terminar con la desigualdad social. No se pone el centro en medidas que sean efectivas, y que partan de tocar los intereses económicos de los grandes grupos capitalistas. Por ejemplo prohibir los despidos y suspensiones y estatizar toda empresa que no cumpla. Terminar con las privatizadas poniendo el transporte y los servicios de luz, agua o gas en manos de los trabajadores y usuarios. Recuperar el control del sistema financiero y el comercio exterior. Y cortar los pagos de la deuda externa y toda atadura a organismos internacionales de crédito. Al mismo tiempo, frente a un sistema político en crisis, no hemos visto de parte de este sector de la CTA, que levante el reclamo de una Asamblea Constituyente libre y soberana, para avanzar a cambios profundos y a que el pueblo decida.Estas, y otras propuestas programáticas en el mismo sentido, no están presentes ni en la estrategia de la constituyente ni en el accionar cotidiano de los dirigentes de la CTA que la componen. Por eso no es casual, que muchos sean parte o acompañen algunos de los tibios proyectos de centroizquierda que existen y que en lo cotidiano tampoco levantan propuestas alternativas. Por el contrario, muchas veces quedan atados a los planteos del kirchneris-mo, o solo le proponen leves reformas. No es casual tampoco, que algunos dirigentes de la CTA pongan como modelo a seguir a Lula o al Frente Amplio uruguayo, que no ha cambiado la situación de su país desde que es gobierno. Alentar esos modelos, es la demostración de que no se encaminan a cambios verdaderos. Y es lo que define hasta hoy, su marco de alianzas de cara al 2011.
En esta última reunión de la constituyente, además fue notorio que solamente participó un sector de la CTA, y que tampoco estuvieron ni Pino Solanas ni otros dirigentes políticos. Y sobre todo, que una mayoría de trabajadores que integran la central tampoco participaron. Esto no es casual, es el reflejo del marcado desinterés que un importante sector de trabajadores y luchadores tiene hacia este tipo de eventos, donde no se avanza en una verdadera construcción política. Porque más allá de los discursos de construir desde abajo un nuevo tipo de organización, sigue primando el consenso por arriba y las declaraciones generales.
CONSTRUIR UNA ALTERNATIVA UNITARIA JUNTO A LA IZQUIERDA
Desde el MST hemos participado en diferentes ocasiones en eventos de la constituyente. Siempre hemos planteado la necesidad de avanzar, unitariamen-te, en una nueva alternativa política, pese al poco espacio que siempre se le dieron a estos debates y a quienes los planteamos. Además, nunca hemos visto de parte de los organizadores la decisión de construir algo nuevo junto a la izquierda. Tampoco los vemos haciéndolo ahora, cuando el gobierno, las patronales y toda la sociedad ven que la izquierda, más allá de sus diferencias, juega un rol destacado en las principales luchas obreras y populares que existen. Hecho que no puede ignorarse a la hora de este debate. Ya que poner todo este peso social como parte de una construcción política unitaria sería muy importante.
En este sentido, y aunque diferimos del planteo político que se hace en la constituyente, y también del sectarismo de algunas organizaciones de izquierda que ni se plantean la necesaria unidad; seguimos creyendo que las necesidades de millones de trabajadores y sectores populares hacen imperioso que nos esforcemos por levantar una alternativa unitaria.
Por eso, si los organizadores de la constituyente cambiarán su planteo actual, estamos abiertos a seguir debatiendo todo lo que haga falta la posibilidad de avanzar por un camino unitario. Este planteo lo hacemos extensivo también a los compañeros de Proyecto Sur y a otros componentes del nacionalismo popular. Y por supuesto, a toda la izquierda política y social. Debatamos fraternalmente un programa común que levante medidas de fondo y anticapitalistas. Y que esto permita abrir la posibilidad de lograr un proyecto político unitario, respetuoso de la realidad, la tradición y el peso específico de todos. Y donde además los nuevos dirigentes de las luchas sean también protagonistas.
Mientras hacemos estos debates, desde el MST vamos a seguir construyendo nuestro partido y el proyecto de nueva izquierda en el cual creemos y al cual invitamos a sumarse. Vamos a seguir bregando por la mayor unidad de la izquierda y los luchadores. Vamos a seguir apoyando con todas nuestras fuerzas los procesos de lucha que, como en el Subte, están poniendo al borde de un ataque de nervios a la vieja burocracia sindical. Y que son reflejo de los nuevos tiempos donde la izquierda tiene mucho que aportar, al servicio de un nuevo proyecto socialista para el país.
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