HACE FALTA UNA HERRAMIENTA POLÍTICA PARA LOS DE ABAJO
La coyuntura política actual que venimos analizando número tras número de Alternativa Socialista genera interrogantes entre los luchadores. El más importante de todos, el fundamental, la “madre” de todas las preguntas es ¿cómo construir una alternativa política independiente, al servicio del pueblo trabajador?
Es indudable que existe un primer dato favorable en la realidad que es la brutal crisis que atraviesa al sistema capitalista y que confirma semana a semana, el acierto de nuestra afirmación sobre la existencia de una nueva etapa política mundial.
En ese marco, una primera cuestión aparece como indiscutible: hace falta una plataforma programática anticapitalista para responder a la crisis mundial. Esa plataforma tiene que estar construida sobre la base del no pago de la deuda externa; la prohibición a todo cierre de empresas o despidos, con la expropiación con control obrero como salida; la estatización de los recursos naturales y el conjunto de los resortes económicos estratégicos privatizados; la indexación salarial fijada por ley; el apoyo y la coordinación de las luchas, entre otras medidas como parte de un plan enconómico alternativo en función de las necesidades del pueblo trabajador.
Y la pelea por una asamblea constituyente para que el pueblo debata y decida cómo reorganizar el país sobre nuevas bases.
Ahora bien, ¿cómo avanzar en esa construcción política? Desde nuestra fuerza opinamos que hay pilares políticos de coincidencia –como los enumerados arriba- para avanzar en un sentido unitario con corrientes políticas de procedencia distinta. Esto es así, porque estamos convencidos que el desafío de poner en pie una construcción política de alternativa no es tarea que pueda resolver una sola fuerza hoy en Argentina. Por eso, nuestra vocación de unidad parte de responder a esta necesidad existente en el proceso político nacional.
Para avanzar en unidad hay que desterrar la lógica de la autoproclamación y el sectarismo. Sin priorizar aquello que nos pueda unir, clarificando diferencias al mismo tiempo, va a ser difícil concretar un armado político con proyección de poder.
Tampoco se puede avanzar si no se tiene una taxativa postura política de delimitación del gobierno K y sus aliados. En ese sentido, vamos a seguir insistiendo en lo positivo de confluir con sectores del nacionalismo popular y el resto de la izquierda orgánica y social, para desarrollar un poderoso instrumento político anticapitalista, amplio y unitario para transformar la Argentina.
Desde el MST apostamos desde siempre a esa salida. Porque la crisis capitalista mundial ofrece una enorme oportunidad para los socialistas. Porque en la clase obrera y los sectores populares existe una imperiosa necesidad de dar vuelta esta situación de decadencia semicolonial que vive el país. Porque nos va la vida en resolver este desafío.
Es indudable que existe un primer dato favorable en la realidad que es la brutal crisis que atraviesa al sistema capitalista y que confirma semana a semana, el acierto de nuestra afirmación sobre la existencia de una nueva etapa política mundial.
En ese marco, una primera cuestión aparece como indiscutible: hace falta una plataforma programática anticapitalista para responder a la crisis mundial. Esa plataforma tiene que estar construida sobre la base del no pago de la deuda externa; la prohibición a todo cierre de empresas o despidos, con la expropiación con control obrero como salida; la estatización de los recursos naturales y el conjunto de los resortes económicos estratégicos privatizados; la indexación salarial fijada por ley; el apoyo y la coordinación de las luchas, entre otras medidas como parte de un plan enconómico alternativo en función de las necesidades del pueblo trabajador.Y la pelea por una asamblea constituyente para que el pueblo debata y decida cómo reorganizar el país sobre nuevas bases.
Ahora bien, ¿cómo avanzar en esa construcción política? Desde nuestra fuerza opinamos que hay pilares políticos de coincidencia –como los enumerados arriba- para avanzar en un sentido unitario con corrientes políticas de procedencia distinta. Esto es así, porque estamos convencidos que el desafío de poner en pie una construcción política de alternativa no es tarea que pueda resolver una sola fuerza hoy en Argentina. Por eso, nuestra vocación de unidad parte de responder a esta necesidad existente en el proceso político nacional.
Para avanzar en unidad hay que desterrar la lógica de la autoproclamación y el sectarismo. Sin priorizar aquello que nos pueda unir, clarificando diferencias al mismo tiempo, va a ser difícil concretar un armado político con proyección de poder.
Tampoco se puede avanzar si no se tiene una taxativa postura política de delimitación del gobierno K y sus aliados. En ese sentido, vamos a seguir insistiendo en lo positivo de confluir con sectores del nacionalismo popular y el resto de la izquierda orgánica y social, para desarrollar un poderoso instrumento político anticapitalista, amplio y unitario para transformar la Argentina.
Desde el MST apostamos desde siempre a esa salida. Porque la crisis capitalista mundial ofrece una enorme oportunidad para los socialistas. Porque en la clase obrera y los sectores populares existe una imperiosa necesidad de dar vuelta esta situación de decadencia semicolonial que vive el país. Porque nos va la vida en resolver este desafío.
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